TACTO
Rugoso per se; de más, por arrugado. Desechable y desechado, por
cotidiano, pasajero y temporal. Abarrotado de contenido igualmente caduco. De
media densidad (para abaratar costes). Blanco oscurecido en el frágil material
de su soporte natural de fábrica. Coloreado y ennegrecido, mate áspero. Es su
asimilación, ratificador, cargante o consejero; y siempre banal. De espesor
milimétrico y rectas líneas, aunque torcidas e interrumpidas luego de su primer
y normal uso; sucio tras él. Con milimétricas perforaciones y cortes exactos en
los ángulos y bordes extremos. Márgenes regulares, desiguales de uno a otro
ejemplar. Popular, socializador, plurisecular. Recordatorio, al dejar
impregnados sus pigmentos. Mostrador de clase y tipo sociales, además de pensamiento.
Personal y colectivo. Tocado frecuentemente varias veces al día. De visión
diaria obligada. De tacto periódico para cobrar su pleno sentido.
(Escrito en Zaragoza, en 2005.)
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