13.5.15

La teoría de la fiesta

La cosa es sencilla: hay una necesidad, se busca responder a esa necesidad, se consigue satisfacerla y deja de haberla. Al poco, vuelve la misma necesidad (puede ser que algo modificada respecto a la anterior) y se vuelve a activar el mismo proceso: se responde a la nueva (misma) necesidad, se la satisface, deja de haber dicha necesidad. Y de nuevo. Es la teoría de la fiesta.

¿Cuánto dura el proceso? Depende: unas horas o varios días. ¿Cuándo vuelve a aparecer la nueva (misma) necesidad de fiesta? Depende también: a las pocas horas o a los pocos días.

La fiesta es como una droga. Y tiene sus consecuencias si se consume en exceso. Al final, también puede ocasionar el descenso de la satisfacción habiendo probado múltiples soluciones posibles (que no dan resultado). Porque la fiesta engancha: a todo el mundo (o a casi todo). A empresas y a particulares, a lo público y a lo privado, a lo general y a lo concreto, a pequeños y a grandes, a viejos y a niños… No hace diferencia de género ni de estado, ni de profesión ni de estatus, ni de procedencia ni de destino… Todos se ven agarrados por su red y atrapados en sus garras, dulces garras fiesteras, que te hacen acabar donde no pensabas.



(Escrito el 18.03.2011, víspera de San José,
día principal de la fiesta de las Fallas en Valencia.)
Anexo bibliográfico:
Hace poco ha publicado el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa una obra en la que critica algunos puntos de la cultura de la postmodernidad; se titula: La civilización del espectáculo (Alfaguara, 2012), que tiene que ver algo con lo dicho.