25.12.20

Las "no-figuras" del Adviento: los que deberían haber estado y no estuvieron

Según las crónicas oficiales, los documentos conservados, los manuscritos y códices más antiguos, cuyas copias y extractos nos han podido llegar... hubo muchas personas que no estuvieron en el advenimiento más importante de la Historia de la Humanidad.

Faltaron los notariosescribanos
muy ocupados en levantar otras actas y tomar otras notas;

huyeron despavoridos reyes y emperadores
(quizás temiendo por sus cetros y derechos adquiridos);

se ausentaron los tribunos, jueces y legistas,
tal vez para seguir dando largas a alguna viuda insistente
(antes de que alguien naciera para defenderla en una parábola);

se despistaron los falsos profetas 
(precisamente porque conocían que eran falsos
pero no deseaban que eso saliera en las noticias de la sobremesa...);

no acudieron a la cita los grandes ni medianos ni pequeños empresarios
(antes de que nadie se inventara 'la Patronal' ni las asociaciones de 'Pymes';
como también secundaron su ausencia los técnicos en turismo y peritos en proyectos 
lo cual fue una lástima, pues unos y otros perdieron la oportunidad de haber hecho
   un gran negocio: ya que acudieron los representantes de las culturas orientales
   con gran fasto, exhibición y notoriedad en todo el trayecto -tanto de ida como de vuelta-
   y pudieron haber aprovechado la ocasión para darse a conocer positivamente en todo el
   Oriente -Próximo o Cercano, Medio o Intermedio, y Lejano o Extremo u Olvidado-);

no tenían previsto en agenda el atender a cierta familia algo desestructurada
los encargados de la sanidad pública de Galilea ni de Judea
ni siquiera los del centro de salud o, al menos, dispensario de Belén de Judá
(como tampoco lo preveyeron los centros privados de atención primaria,
   secundaria o terciaria -por lo que tampoco fueron expedientados ni avisados
   ni siquiera se depuraron responsabilidades en otros niveles de la toma de decisiones-) 

desaparecieron los gobernadores, los centuriones, los centinelas del Imperio,
pues -como el Ojo de Mordor- tenían puesta toda su atención en cierto anillo de poder...

se desanimaron finalmente -y, por eso, tampoco acudieron- los ilusionistas, los adivinos,
los futurólogos, los visionarios, los nigromantes, los média (plural de médium),
los expertos en acertijos, los astrólogos, los embaucadores de la pobre gente,
no fuera que se diera cuenta la pobre gente de que, en verdad, era solo medio y no fin per se;

se escabulleron rápidamente los perseguidores, los martirizadores
los apagafuegos espirituales (apagan todo fuego espiritual),
los relativizadores extremos y reductores extremos (que todo lo reducen a nada)

así como también se ausentaron los fotógrafos, los pintores, los retratistas,
los juglareslos coplistas, los poetas, los cronistas, los bufones, los payasos,
los creativos, los ideadores, los expertos en márketing y gestión de imagen,
porque se ve que andaban agradando, reproduciendo y representando a otros... intereses...

No estuvieron,
se ausentaron,
se autodesinvitaron,
desparecieron,
se desentendieron...

¡Qué pena!
¡No sabían que iba a tocar el gordo!
¡Desconocían que llevaban todos los boletos ganadores!...

¡Qué lástima!
Ahora estarían alegres, contentos, satisfechos, abrumados de gozo...

Pero andan desnortados,
sin bajar al Sur,
enrocados en su Norte,
que perdió el norte
y no lo encontrará
jamás
nunca

...

hasta que amanezca
el Justo
y cuide el pábilo vacilante
y acoja a la caña cascada
y retome al perdido en la vía
y recoja al tirado en el camino

...

pero primero ha de anochecer

...

y ser más profunda
la tiniebla

...

escondeos

...

ocultaos

...

porque ha de pasar
esta generación
sin saber
ni ver
ni conocer
ni entender
...
no sea que se convierta
y se salve
y...

no sea...

no
 
...

Porque debieron estar...
...pero no estuvieron...

Y no lo podemos evitar...
...ni volver atrás...
...ni rehacerlo...


Solo

...
 
solo


















...

acudamos

a Belén

 

10.12.20

Figuras de Adviento: María II: la Buena Esperanza

María, la Virgen de la Buena Esperanza

Si ya vimos la primera advocación mariana del Adviento, esto es, la Inmaculada Concepción de María, ahora nos toca pasar revista a la segunda y más constante advocación: María está en cinta, embarazada, por obra del Espíritu Santo, de Jesús, el que va a ser el Salvador.

A la Virgen embarazada, que no se suele ver mucho o hablar mucho de ella, se la ha llamado, tradicionalmente, la Virgen de la Buena Esperanza.
(Fuente: aquí)

En la tercera semana de Adviento se celebra la festividad de la Virgen de la Esperanza, ya que es imposible preparar la Navidad prescindiendo de la contemplación del indecible gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto. Eso es lo que se quiere expresar con «La Expectación del Parto», o «El día de Santa María» como se le llamó también en otro tiempo, o «Nuestra Señora de la O» como popularmente también se le denomina hoy.

La representación de la Virgen en la espera del parto, denominada con el nombre de Nuestra Señora de la Expectación o de la Esperanza, se volvió frecuente a fines de la Edad Media, cuando se instituyó la fiesta de la Expectación de la Virgen, celebrada el 18 de diciembre.

En las diversas culturas hallamos diferentes representaciones de la Virgen de la Esperanza, o de la Buena Esperanza, o Virgen del Parto, o Virgen de la Expectación (las variaciones y connotaciones de cada título son extensísimas). Y así la vemos ataviada con los ropajes costumbristas de cada región, país o zona subcontinental (especialmente en ámbito latino), o bien una Inmaculada Concepción pero con barriguita, es decir, indicando que la Virgen (misterio de la virginidad de María) se ha quedado embarazada "sin conocer varón" (que está en el origen del misterio de la inmaculada concepción de Jesús). Y así las representaciones se multiplican.

En Oriente, se habla del Icono de la Virgen del Signo, o Virgen del Adviento, la cual lleva en su seno a Jesús (como normalmente no se representan las tres dimensiones en los iconos, el Niño aún sin nacer aparece dentro de una circunferencia, a la altura de la barriga de María):

Dos mode-los de iconos de la Virgen del Signo o de la Virgen del Advien-to.


(Fuente: aquí, con muchos otros iconos de la Virgen, identificados en el título o pie de foto)

A veces se "carmelitaniza" la Virgen del Signo o del Adviento y la vemos como en el icono de la Virgen de la Contemplación o Virgen del Desierto de Las Palmas (Castellón, España), compuesto en la escuela iconográfica que tienen las monjas Carmelitas Descalzas de Harissa (Líbano).

Este icono representa a la Virgen del Signo con todo tipo de contenido y detalles carmelitanos: viene a ser la Virgen del Carmen, válida para todo el año litúrgico, aunque con evidente inspiración en la Virgen del Adviento, como vemos por el gesto de la Virgen y por la incrustación de la circunferencia con el Niño en el medio superior del cuerpo de María. Abajo y detrás quedan signos tan carmelitanos como la nubecilla de Elías (sobre el mar, que significaría aquí lo desconocido, el lugar de las bestias y del mal, etc., que es vencido por el advenimiento del Salvador, nacido de María Virgen), el monte Carmelo o monte de la perfección, coronado por la Cruz, con una caverna en medio, que podría ser la gruta de Elías (en la ladera del monte Carmelo) o la gruta de San Eliseo (en otra parte de ese monte) o "las cavernas oscuras del sentido" que canta san Juan de la Cruz en su Cántico espiritual; caverna que se ve enmarcada por las tres estrellas del escudo carmelitano, dos fuera de la caverna, de plata, porque indican las dos virtudes pasajeras de la fe y la esperanza, que solo nos sirven en este mundo, y una estrella de oro en medio de la caverna o cueva o gruta, que indica la virtud del amor o caridad, que es virtud eterna, también actuante en el cielo, pues dice san Pablo que el amor no pasa nunca o nunca se acaba (cf. 1Cor 13,8). De la misma manera, el árbol de la vida (o de la sabiduría), al inicio del ascenso al monte referido; el escapulario en la mano derecha de María; el escapulario que viste la misma Virgen María, con el sayal del hábito y la capa blanca-hueso, con cuatro pliegues a la izquierda y tres pliegues a la derecha (cuatro virtudes cardinales, tres virtudes teologales, siete virtudes = María, la mujer perfecta); y las inscripciones griegas de todo icono mariano en la parte superior.

Recursos para niños sobre la Virgen de la Buena Esperanza: aquí.
«Oración para el embarazo a la Virgen de la Dulce Espera» (ojo con ese blog, en que se mezclan cosas católicas, cristianas, con diversas supersticiones, amuletos y demás)
Fecha de la memoria de la Virgen de la Buena Esperanza: 18 de diciembre, justo al comenzar las ferias mayores de Adviento (por lo cual no se celebra exactamente del común de santa María, sino de los textos litúrgicos propios de esas ferias mayores, los cuales tienen presente siempre la figura protagonista de la Virgen María, que está encinta, a punto de dar a luz).