27.12.16

El Carmelo de Teresa es un "portal de Belén"

Muchas veces he escuchado que el Carmelo Teresiano era como el "portal de Belén"; esto es: Cristo en medio (centro de adoración), a un lado la Virgen María (contemplando a su hijo), a otro lado san José, patriarca de la Iglesia (guardando a la sagrada Familia); y ante ellos los sencillos que van a adorarle (pastores y gentes del campo) y representantes de otras culturas (los magos de Oriente: cf. Mt 2,1) que reconocen el advenimiento del Hijo de Dios (como reza el dicho: de fuera vendrán que el sitio te quitarán...).


Hay tres textos teresianos que hace referencia a esta imagen (propiamente dicha: imagen de pobreza de recursos; imagen de espacio reducido, familiar): 

(1er TEXTO TERESIANO)
«Muy mal parece, hijas mías, de la hacienda de los pobrecitos se hagan grandes casas. No lo permita Dios, sino pobre en todo y chica. Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino en el portal de BELÉN adonde nació, y la cruz adonde murió. Casas eran éstas adonde se podía tener poca recreación. Los que las hacen grandes, ellos se entenderán; llevan otros intentos santos. Mas trece pobrecitas, cualquier rincón les basta. Si porque es menester por el mucho encerramiento tuvieren campo (y) aun ayuda a la oración y devoción) con algunas ermitas para apartarse a orar, enhorabuena; mas edificios y casa grande ni curioso nada, ¡Dios nos libre! Siempre os acordad se ha de caer todo el día del juicio; ¿qué sabemos si será presto?».

(Sta. TERESA DE JESÚS, Camino de perfección [manuscrito de Valladolid = 2ª redacción], capítulo 2, párrafo nº 9 [el libro Camino de perfección está escrito para las monjas carmelitas descalzas; y luego también para los frailes; describe el ideal de vida religiosa).


(2º TEXTO TERESIANO
«Por mucho que se procuraba, no se halló casa alquilada en todo el lugar; que yo pasaba harto penosas noches y días. Porque, aunque siempre dejaba hombres que velasen el Santísimo Sacramento, estaba con cuidado si se dormían; y así me levantaba a mirarlo de noche por una ventana, que hacía muy clara luna, y podíalo bien ver. Todos estos días era mucha la gente que venía, y no sólo no les parecía mal, sino poníales devoción de ver a nuestro Señor otra vez en el PORTAL. Y Su Majestad, como quien nunca se cansa de humillarse por nosotros, no parece quería salir de él».

(Sta. TERESA DE JESÚS, Libro de las Fundaciones, capítulo 3, párrafo nº 13 [=fundación del Monasterio de San José, de monjas carmelitas descalzas, en la populosa ciudad de Medina del Campo, Valladolid, en 1567; fue la 2ª fundación que hizo la Santa, la 1ª tras la de San José de Ávila, hecha en 1562).


(3er TEXTO TERESIANO)
«Primero o segundo domingo de adviento de este año de 1568 (que no me acuerdo cuál de estos domingos fue), se dijo la primera misa en aquel portalito de BELÉN, que no me parece era mejor. La cuaresma adelante, viniendo a la fundación de Toledo, me vine por allí. Llegué una mañana. Estaba el padre fray Antonio de Jesús barriendo la puerta de la iglesia, con un rostro de alegría que tiene él siempre. Yo le dije: «¿qué es esto, mi padre?, ¿qué se ha hecho la honra?». Díjome estas palabras, diciéndome el gran contento que tenía: «Yo maldigo el tiempo que la tuve». Como entré en la iglesia, quedéme espantada de ver el espíritu que el Señor había puesto allí. Y no era yo sola, que dos mercaderes que habían venido de Medina hasta allí conmigo, que eran mis amigos, no hacían otra cosa sino llorar. ¡Tenía tantas cruces, tantas calaveras! Nunca se me olvida una cruz pequeña de palo que tenía para el agua bendita, que tenía en ella pegada una imagen de papel con un Cristo que parecía ponía más devoción que si fuera de cosa muy bien labrada».

(Sta. TERESA DE JESÚS, Libro de las Fundaciones, capítulo 14, párrafo nº 6 [=fundación de Duruelo, primer convento de frailes carmelitas descalzos, con el padre fray Antonio de Jesús Heredia como prior; el padre fray Juan de la Cruz Yepes -luego santo y doctor de la Iglesia- como vicario; y el hermano fray Luis de Cristo, del que no sabemos nada más sino que desaparece al poco su rastro [quizá murió por enfermedad y por eso no se habla más de él en los documentos]; el convento de Duruelo fue fundado el 28 de noviembre de 1568).


Fuente de búsqueda de los textos: Concordancias electrónicas de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa del Niño Jesús (de Lisieux) y de la Biblia. En: http://www.ocdcentroamerica.org/concordancias.html 


Bibliografía:
Nuevas Concordancias de Santa Teresa de Jesús.
Editorial Monte Carmelo, Burgos.
Autor: Hermano Luis de San José, ocd.
(Reedición revisada y mejorada)
ISBN-13:  978-84-7239-733-0
1.448 páginas.
Precio: 33,50 €
Para comprar en línea este libro en la misma editorial: clic aquí


Bibliografía:
Concordancias de los escritos de Santa Teresa de Jesús.
Editoriales OCD (todas las editoriales del Carmelo Teresiano más importantes en todo el mundo).
Autores: Juan Luis Astigarraga, OCD, y Agustí Borrell, OCD. 
ISBN-13:  978-84-7239-560-2
2 tomos: 3.054 páginas (paginación continua en los 2 tomos).
Precio: 149 € (papel biblia; enc. tela; separador; caja) 
Para comprarla en línea esta gran obra (los 2 tomos se venden inseparables) en la editorial Monte Carmelo, Burgos: clic aquí


19.12.16

Figuras del Adviento: María III: la Visitación

María (III): la Virgen de la Visitación o María embarazada visita a su prima Isabel


Hemos visto en las entradas anteriores dos momentos de la vida de la Virgen María:

1) la Inmaculada Concepción de María (aquí)
2) la buenaventuranza de la Virgen María, al estar embarazada de Jesús (aquí)

Ahora nos detenemos momentáneamente en un tercer momento (cronológicamente hablando) de la vida de María:

3) la visita que hace María, estando embarazada de Jesús, a su prima Isabel

lo que tradicionalmente se llama "la Visitación de María"...

Podemos intuir varios aspectos -en cuanto 'figura del Adviento'- de tal visita mariana.
Bien es verdad que "la Visitación" tiene su propia fiesta en el calendario litúrgico católico (el 31 de mayo; ver aquí una reflexión sobre las antífonas de laudes de ese día), pero en estos días y en los próximos, de Adviento, ya hemos escuchado y luego leeremos el evangelio de la Visitación de María.

¿Qué nos quiere decir para Adviento esta visitación?

1. El valor de levantarse o ponerse en pie («María se levantó»).
2. El valor de ponerse en camino o de caminar («se puso en camino hacia la montaña»).
3. El valor de visitar al necesitado («tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses»).
4. El valor del cuidado («María estuvo con ella unos tres meses y se volvió a su casa»).

Todas estas cosas pueden parecer muy obvias, pero no lo son. Veamos por qué.

     1. Los deprimidos no osan levantarse; los oprimidos no logran ponerse en pie.
     2. Las personas aquejadas de enfermedades graves que afectan a su aparato locomotor (vulgarmente llamadas paralíticas, aunque hay un arco muy amplio de adjetivos, según el mal que les impide moverse) no consiguen -aun con rehabilitación- caminar, y necesitan de aparatos que les ayuden a tal fin (sillas de ruedas manuales o eléctricas; y en otros casos, prótesis diversas); en este grupo también se hallan las víctimas de las minas antipersona. Por otro lado, las personas insolidarias y no caritativas no ven necesario ponerse en camino hacia nadie...; cosa que por el contrario descubren como esencial todos los peregrinos: el gran valor del camino, del caminar (la vida es un camino) con fines concretos, abiertos...
     3. Visitar al que lo necesita (el encarcelado, el enfermo, el abandonado, el anciano) es una obra de misericordia, que luego se tendrá en cuenta (en el juicio final, según la Biblia); por tanto, al visitar al necesitado nos hacemos eco de María y del Evangelio posterior.
     4. Muy actuales están las llamadas "éticas del cuidado", especialmente en la sociedad occidental, donde la población está envejecida (y se envejece rápidamente) y se hace necesaria la reflexión sobre el fundamento del cuidado de los mayores, de unos hacia los otros, ya que uno aprende desde niño el cuidado (que sus padres tienen hacia uno mismo; que ellos tienen hacia los mayores, padres suyos a su vez; el cuidado que uno mismo tendrá hacia sus propios progenitores llegado el momento; y en otras circunstancias diversas). Además, otros verán en esta "aplicación de la ética del cuidado" (del evangelio mariano de la Visitación) un alegato a favor de la vida, ya que María -embarazada- se queda a cuidar a una pariente -la cual también está embarazada- y suponemos que ayuda en el parto a su prima.

Como podemos ver y suponer, este evangelio tiene muchos posibles 'aterrizajes' en la vida cotidiana (de ayer, de hoy y de mañana).

La figura de Adviento, pues, que supone la Visitación de María, apela a cada uno de nosotros como posibles "visitadores" de los necesitados, saliendo de nosotros mismos y yendo prontos a la petición de auxilio (incluso cuando ésta no nos es formulada) de aquellos que pasan necesidad o es muy posible que la pasen próximamente, que eso significa también Adviento: tiempo en que unos y otros se acercan mutuamente para ir juntos a Belén...
 
Allí nos vemos...
 
(Otro día nos fijaremos en la figura de Isabel; como también en la de José y otros...)