Déjame
Si no puedo besarte,
déjame, al menos, decirte...
Si no puedo tocarte,
deja que pueda escribirte:
“mis miradas furtivas,
y mis anhelos
soñados
-apresado en tus risas
o en tus
pasos perdidos-,
te acechan suaves
mas me brotan
zaheridos...”
En esta plaza lúgubre,
déjame, al menos, decirte
que lo que en mí robaste
no son mis verbos raídos...
...es mi corazón sangrante...
Si huyes con las musas...
y me obligas a olvidar...
o te escondes en las nubes...
y desmemorias las artes...
acuerda el tiempo al pasar
que alguien osó decirte...:
“Déjame, al menos, amarte”.
(26.3.2004)
(Fuentes de las imágenes: 1ª, manos de agua intentando agarrar el corazón en llamas, aquí; 2ª, corazón de tiza pintado, aquí; 3ª, corazón rodeado de tinta y alado, aquí.)
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