Según las crónicas oficiales, los documentos conservados, los manuscritos y códices más antiguos, cuyas copias y extractos nos han podido llegar... hubo muchas personas que no estuvieron en el advenimiento más importante de la Historia de la Humanidad.
Faltaron los notarios y escribanos,
muy ocupados en levantar otras actas y tomar otras notas;
huyeron despavoridos reyes y emperadores
(quizás temiendo por sus cetros y derechos adquiridos);
se ausentaron los tribunos, jueces y legistas,
tal vez para seguir dando largas a alguna viuda insistente
(antes de que alguien naciera para defenderla en una parábola);
se despistaron los falsos profetas
(precisamente porque conocían que eran falsos
pero no deseaban que eso saliera en las noticias de la sobremesa...);
no acudieron a la cita los grandes ni medianos ni pequeños empresarios
(antes de que nadie se inventara 'la Patronal' ni las asociaciones de 'Pymes';
como también secundaron su ausencia los técnicos en turismo y peritos en proyectos
lo cual fue una lástima, pues unos y otros perdieron la oportunidad de haber hecho
un gran negocio: ya que acudieron los representantes de las culturas orientales
con gran fasto, exhibición y notoriedad en todo el trayecto -tanto de ida como de vuelta-
y pudieron haber aprovechado la ocasión para darse a conocer positivamente en todo el
Oriente -Próximo o Cercano, Medio o Intermedio, y Lejano o Extremo u Olvidado-);
no tenían previsto en agenda el atender a cierta familia algo desestructurada
los encargados de la sanidad pública de Galilea ni de Judea
ni siquiera los del centro de salud o, al menos, dispensario de Belén de Judá
(como tampoco lo preveyeron los centros privados de atención primaria,
secundaria o terciaria -por lo que tampoco fueron expedientados ni avisados
ni siquiera se depuraron responsabilidades en otros niveles de la toma de decisiones-)
desaparecieron los gobernadores, los centuriones, los centinelas del Imperio,
pues -como el Ojo de Mordor- tenían puesta toda su atención en cierto anillo de poder...
se desanimaron finalmente -y, por eso, tampoco acudieron- los ilusionistas, los adivinos,
los futurólogos, los visionarios, los nigromantes, los média (plural de médium),
los expertos en acertijos, los astrólogos, los embaucadores de la pobre gente,
no fuera que se diera cuenta la pobre gente de que, en verdad, era solo medio y no fin per se;
se escabulleron rápidamente los perseguidores, los martirizadores,
los apagafuegos espirituales (apagan todo fuego espiritual),
los relativizadores extremos y reductores extremos (que todo lo reducen a nada)
así como también se ausentaron los fotógrafos, los pintores, los retratistas,
los juglares, los coplistas, los poetas, los cronistas, los bufones, los payasos,
los creativos, los ideadores, los expertos en márketing y gestión de imagen,
porque se ve que andaban agradando, reproduciendo y representando a otros... intereses...
No estuvieron,
se ausentaron,
se autodesinvitaron,
desparecieron,
se desentendieron...
¡Qué pena!
¡No sabían que iba a tocar el gordo!
¡Desconocían que llevaban todos los boletos ganadores!...
¡Qué lástima!
Ahora estarían alegres, contentos, satisfechos, abrumados de gozo...
Pero andan desnortados,
sin bajar al Sur,
enrocados en su Norte,
que perdió el norte
y no lo encontrará
jamás
nunca
...
hasta que amanezca
el Justo
y cuide el pábilo vacilante
y acoja a la caña cascada
y retome al perdido en la vía
y recoja al tirado en el camino
...
pero primero ha de anochecer
...
y ser más profunda
la tiniebla
...
escondeos
...
ocultaos
...
porque ha de pasar
esta generación
sin saber
ni ver
ni conocer
ni entender
...
no sea que se convierta
y se salve
y...
no sea...
no
...
Porque debieron estar...
...pero no estuvieron...
Y no lo podemos evitar...
...ni volver atrás...
...ni rehacerlo...
Solo
...
solo
...
acudamos
a Belén