La cosa es sencilla: hay una necesidad, se busca responder a
esa necesidad, se consigue satisfacerla y deja de haberla. Al poco, vuelve la
misma necesidad (puede ser que algo modificada respecto a la anterior) y se
vuelve a activar el mismo proceso: se responde a la nueva (misma) necesidad, se
la satisface, deja de haber dicha necesidad. Y de nuevo. Es la teoría de la
fiesta.
¿Cuánto dura el proceso? Depende: unas horas o varios días. ¿Cuándo
vuelve a aparecer la nueva (misma) necesidad de fiesta? Depende también: a las
pocas horas o a los pocos días.
La fiesta es como una droga. Y tiene sus consecuencias si se consume en exceso. Al final, también puede ocasionar el descenso de la satisfacción habiendo probado múltiples soluciones posibles (que no dan resultado). Porque la fiesta engancha: a todo el mundo (o a casi todo). A empresas y a particulares, a lo público y a lo privado, a lo general y a lo concreto, a pequeños y a grandes, a viejos y a niños… No hace diferencia de género ni de estado, ni de profesión ni de estatus, ni de procedencia ni de destino… Todos se ven agarrados por su red y atrapados en sus garras, dulces garras fiesteras, que te hacen acabar donde no pensabas.
¿Cuánto dura el proceso? Depende: unas horas o varios días. ¿Cuándo
vuelve a aparecer la nueva (misma) necesidad de fiesta? Depende también: a las
pocas horas o a los pocos días.La fiesta es como una droga. Y tiene sus consecuencias si se consume en exceso. Al final, también puede ocasionar el descenso de la satisfacción habiendo probado múltiples soluciones posibles (que no dan resultado). Porque la fiesta engancha: a todo el mundo (o a casi todo). A empresas y a particulares, a lo público y a lo privado, a lo general y a lo concreto, a pequeños y a grandes, a viejos y a niños… No hace diferencia de género ni de estado, ni de profesión ni de estatus, ni de procedencia ni de destino… Todos se ven agarrados por su red y atrapados en sus garras, dulces garras fiesteras, que te hacen acabar donde no pensabas.
(Escrito el 18.03.2011, víspera de San José,
día principal de la fiesta de las Fallas en Valencia.)
Anexo bibliográfico:
Hace poco ha publicado el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa una obra en la que critica algunos puntos de la cultura de la postmodernidad; se titula: La civilización del espectáculo (Alfaguara, 2012), que tiene que ver algo con lo dicho.
Luego del Día de Muertos, que celebramos el 2 de Noviembre en México, fui parte de un debate, exponiendo a favor, la idea de que ""El Día de Muertos, es una fiesta""
ResponderEliminarMe gusta el concepto de concebir La Fiesta como una comunión social, más que como un lugar donde se baila, una acción en la que se comparten sentimientos...
Esas sí que son fiestas, en que la devoción une a los espíritus de las personas presentes, y es una sensación que llena el alma (y no sólo el cuerpo, como algunas ""fiestas"" suelen hacer)
Si La Fiesta es droga, soy totalmente un drogadicto :D