8.6.12

Adán, el primer ornitólogo

«El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, ya que el nombre que él les diera, ése sería su nombre. El hombre impuso nombre a todos los ganados, a todas las aves del cielo y a todas las bestias del campo» (Génesis 2,19-20).

Adán, no teniendo nada mejor que hacer, hizo algo muy importante; se dio una serie de paseos por Edén y fue poniendo nombre a todos los animales; el sufrimiento del trabajo, según el texto bíblico (cf. Gén 3,17-19: «trabajarás... con el sudor de tu frente»), aún no había hecho aparición, así que el afán por el futuro y la desesperanza de la muerte no estaban entre las prioridades ni entre los intereses de Adán.
(Adán nombrando a los animales. Fuente: Wikimedia)
Por el contrario, ese "ocio", ese aparente no hacer nada, pasar el tiempo..., lo dedicó en ese primer momento a "dar nombre" a cada uno de los animales (que luego los distribuirá el hombre en 'especies', 'subespecies', etc.); teniendo en cuenta que lo más importante de ese momento primigenio no era el número -es decir, contabilizar las especies, como hacen hoy los ornitólogos-, sino sencillamente (¡nada más y nada menos!) que nombrar a cada uno de los animales con los que se cruzaba en sus paseos por Edén.

Los nominalistas dirían que, por ese mismo acto de nombrarlos, Adán daba existencia en el lenguaje humano a cada animal, producía la relación entre el ser humano y los seres animales, casi casi los creaba...; en el fondo, tampoco era tan así, porque Dios había creado ya a los animales (ver el versículo inicial del texto arriba citado -v. 19-: «El Señor Dios formó todos los animales»); lo que en verdad hace Adán, como hombre -creado también por Dios-, es completar la obra creadora de Dios, poniendo nombre («ya que el nombre que les diera, ése sería su nombre»), de modo que el resto de hombres puedan en la posteridad relacionarse -empezando por la palabra- con cada uno de los animales en general y, concretamente, con cada una de las aves.
Así, pues, Adán es el primer ornitólogo. Recordemos que la ornitología es la parte de la zoología que se dedica al estudio de las aves. Y Adán, que «dio nombre a todas las aves del cielo», viene a ser, por tanto, en orden de aparición en la Historia, el primer ornitólogo de la Humanidad. ¡Bravo por Adán! (No todo tenía que ser malo para él.)

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