NECROLÓGICA
DEL P. JOSÉ Mª BENITO SERRA[1]
(Mons. José Mª Benito Serra y Juliá, OSB, Obispo titular de Daulia)
(murió en el convento de carmelitas descalzos del Desierto de Las Palmas, Benicasim, España)
(murió en el convento de carmelitas descalzos del Desierto de Las Palmas, Benicasim, España)
Fuente: Archivo Histórico de los Carmelitas Descalzos del
Desierto de Las Palmas [AOCDDP], A, XVI, 1[2].
Libro ms.: Religiosos
fallecidos en el Santo Desierto de Las Palmas 1695-1894, fols. 134-136[3].
El[4] día
de la Natividad de Nuestra Señora[5] 8 de
Setiembre del año 1886 á las tres menos cuarto de la tarde falleció en este
Santo Desierto el Excelentisimo é Ilustrisimo Señor Doctor Don José Maria
Benito Serra y Juliá Obispo de Daulia de edad de 76 años, natural de Mataró
Provincia de Barcelona[6] é
hijo legitimo de Don José y Doña Teresa, recibió con pleno conocimiento y suma
devocion los Santos Sacramentos de Penitencia, Viático y Extrema Uncion. Su
enfermedad, segun clasificacion facultativa fué una bronquitis capilar cronica.
Se le celebraron solemnisimas exequias por la Reverenda Comunidad y su cadaver
fué colocado en el carnerario[7] de
esta Santa Casa sepulcro numero 6.
Sintiendose el Ilustre Prelado llamado por Dios al estado religioso desde
su infancia y sosegada la persecucion que por los años veinte[8] se
suscitó contra los regulares, el veinte y siete[9] tomó
el habito de Benedictino en el monasterio de San Martin de Compostela[10]. Cuanto
se arraigó en su corazon el amor á la virtud durante su Noviciado y cuan
solidamente informó su entendimiento en las ciencias lo demostró su vida
ejemplar y santo teson con que sostuvo siempre los sanos principios de la
Iglesia Catolica. La revolucion habia estallado de nuevo en España y un decreto
del Gobierno ordenó la expulsion de los Religiosos[11].
Dispuesto á todo sacrificio, incluso el de su vida antes de faltar á sus votos,
el Padre Serra abandonó á España y fué á buscar un asilo en el Monasterio de la
Caba en el reino de Napoles. El capitulo de la Congregacion de Monte Casino[12] le confirió
el titulo de Lector, enseñó durante varios años la Teologia dogmatica[13] y
moral, el derecho canonico, las lenguas griega y[14]
hebrea, y fué[15] Rector del Seminario
Conciliar hasta que, deseoso de emprender mayores trabajos para la gloria de
Dios, se agregó en 1845 á la Congregacion de la Propaganda[16], que
le envió á evangelizar á los habitantes, poco menos que salvajes de la
Australia Occidental[17].
Monseñor Juan Brady[18],
Obispo de Perth[19], le nombró su Vicario
General y [fol. 135] Prefecto de la Mision Central, y el Padre Serra, seguido
tan solo de cuatro compañeros, se internó en los inmensos bosques del pais, y á
ejemplo de los Apostoles, fundó con sus propias manos un Monasterio Benedictino
que denominó la Nueva Nurcia[20]. Este
Monasterio adquirió una importancia considerable, asi por la extension y
grandeza de sus edificios, como por la numerosa familia benedictina que se
refugió en sus claustros. Al principio de 1848 el Obispo de Perth celebró
Sinodo[21] y el
Padre Serra su Vicario fué mandado á Roma á dar cuenta del mismo.;[22] Cual
no[23] fué
su sorpresa, al llegar á la ciudad eterna, saber que hacia 14 meses[24] que
el Papa[25] se
habia dignado proprio motu[26]
elevarle á la dignidad episcopal preconizandole en el consistorio de 11 de
Junio de 1848 primer Obispo de Puerto Victoria[27] en
la Australia septentrional[28].
Intentó el Padre Serra en su modestia rehusar la carga episcopal, pero
debio doblar la cabeza ante la expresa voluntad del Papa. El 15 de Agosto de
1848 el Cardenal Franconi Prefecto de la Propaganda le consagró[29].
Por un despacho de la Propaganda se le hizo saber al Ilustrisimo Señor
Serra [que] quedaba desligado de los lazos que le unían á la Iglesia de Puerto
Victoria[30], nombrandole Coadjutor
del Obispo de Perth[31] bajo
el titulo de Obispo de Daulia[32]. La
solicitud del nuevo Prelado se extendió á todo: él restableció el orden y la
economia de toda la Diocesis, procuró y consiguió la obediencia á los decretos
de la Santa Sede, en la Iglesia de Perth fundó bajo el nombre de Nuevo Subiaco
un Monasterio de benedictinos[33]: aumentó
considerablemente el de Nueva Nurcia[34] y se
mostró energico defensor[35] de
la enseñanza catolica contra los actos de los Gobiernos de Australia é
Inglaterra y obligó[36] a
estos Gobiernos á prestarle su concurso para una ereccion de Iglesias, escuelas
catolicas y subvencion de Sacerdotes y Maestros.[37]
Durante[49] el tiempo que ha vivido
con nosotros noté[50] en
el un gran celo por el cumplimiento de sus deberes, todos los dias celebraba el
Santo sacrificio de la Misa y rezaba el oficio divino sin dispensarse jamas por
los achaques que padecia, la ante-vispera de su fallecimiento, á pesar del
estado de postracion en que se encontraba, celebró Misa en el Oratorio [fol.
136] del Prelado. Acogió la noticia de su proxima muerte con la resignacion de
un fervoroso cristiano y con aquella paz mensagera de una conciencia pura y
dispuesta á rendirse al Criador. Recibió los Santos Sacramentos con tal fervor,
accion de gracias y humildad que al sumistrarle el Santo Viatico quiso
arrodillarse en tierra y lo hubiera realizado á no impedirselo el que suscribe[51].
¡Dios haya acogido en su seno el alma del Ilustrisimo finado y compense[52] con
creces sus virtudes! — R. I. P.[53]
Fray Isidoro de la Cruz[54] Prior [firma y rúbrica]
Transcribió y realizó el estudio caligráfico e histórico
el P. Ignacio Husillos Tamarit, archivero, bibliotecario e investigador de la
historia de esta santa casa del Desierto de Las Palmas. En fe de lo cual, firmo
en el lugar y fecha de su redacción.
Desierto de Las Palmas, sábado 15 de enero de 2011.
P. Ignacio Husillos Tamarit, ocd.
Laus Deo
[1] La transcripción ha sido hecha siguiendo los principios generales de literalidad (incluso en la ortografía y puntuación), excepto en las abreviaturas, que han sido desarrolladas todas para hacer el texto más legible.
[2] Ésta es la signatura topográfica de dicho libro manuscrito en el AOCDDP. Lo que sigue es el título del libro, que viene a ser el primer Libro de difuntos del convento (de los tres que existen actualmente); recordemos que el Santo Desierto de Las Palmas fue fundado el 2 de febrero de 1694; así que 1695 es la fecha del primer difunto en esta casa; y 1894 es la fecha del último religioso enterrado en el cementerio conventual, del que hace mención dicho libro. También hemos de entender que abarca toda la historia del convento antiguo (1694-1796), hoy en ruinas, y buena parte de la historia del convento nuevo (1796-1894), que es el existente en la actualidad (2011).
[3] El documento es manuscrito. Los folios 134 al 136 (escritos en tinta azul), transcritos aquí, son autógrafos del firmante, el P. Isidoro de la Cruz (1850-1925), Prior del Convento de Carmelitas Descalzos (OCD) del Desierto de Las Palmas (Benicasim, Castellón); convento de la Provincia OCD de San Joaquín de Navarra (desde 1876, en virtud del Breve —promulgado en 1875 por el Papa Pío IX— que mandaba la unificación de las dos Congregaciones OCD existentes [la de San José o Congregación española, que se extendía por toda la Península Ibérica y por los países de Latinoamérica; y la de San Elías o italiana, que comprendía el resto de Europa y Asia, pues ni en África ni en Oceanía había presencia OCD]).
[4] La sangría exacta de
2 cm. en los párrafos de este documento son originales del escribiente.
[5] Tachado
(a continuación): del Carmen. Aquí
advertimos la inercia del escribiente, un carmelita descalzo que, por amor a su
Madre, la Santísima Virgen María del Monte Carmelo (también bajo el más
corriente título de «Nuestra Señora del Carmen»), comete este error; pues el
título litúrgico de la fiesta es, como bien queda finalmente escrito: «La
Natividad de Nuestra Señora» o «de la Santísima Virgen María».
[6] Había
nacido el 11 de mayo de 1810.
[7] Se
distinguía entre el «Carnerario»
y el «Osario». Como se puede intuir, el carnerario era el lugar dentro del
cementerio conventual dedicado a los difuntos aún cadáveres (con carne),
y éstos se trasladaban al osario, pasado ya cierto lapso de años, cuando ya
estaban convertidos en huesos (normalmente venían trasladados por necesidad de
espacio, al necesitarse ese sepulcro para ser ocupado por un nuevo cadáver).
Esto mismo se hace en cualquier cementerio civil, cuánto más en el actual
cementerio conventual, aunque ya no se le dota del nombre de carnerario y, sin
embargo, sí permanece, para la otra zona, el de osario.
[8] Década
de 1820. Se refiere al «Trienio Liberal», también llamado «Trienio
progresista»: 1820-1823, tras lo cual, y como reacción monárquica y absolutista
de Fernando VII, sobrevino la llamada (por la misma corriente historiográfica)
«década ominosa» (1823-1833), tras la cual se acabó el reinado fernandino y dio
pie al turbulento reinado de Isabel II; dando comienzo en 1833 la primera
«Guerra civil» del XIX, es decir, carlista.
[9] Se
refiere al año 1827. En verdad esto acaece en 1828, el mismo año en que cumplía
18 años de edad.
[10] Corregido:
Compostell, en donde una a está superpuesta (y repasada) a la
segunda l. Es éste un error de quien
está acostumbrado a escribir en latín (Compostellanum,
etc.). Por tanto, una inercia del escribiente.
[11] El decreto, llamado «Ley Mendizábal» por ser éste el ministro liberal promotor del mismo (Juan Álvarez Mendizábal), data de 1835. El 18 de enero de ese año, en vísperas de la promulgación del decreto, nuestro protagonista era ordenado sacerdote benedictino, a punto de cumplir los 24 años. Es pues un caso notable —entre los numerosos que se cuentan en el siglo xix— de desafío valiente de una ley injusta en un ambiente convulso.
[11] El decreto, llamado «Ley Mendizábal» por ser éste el ministro liberal promotor del mismo (Juan Álvarez Mendizábal), data de 1835. El 18 de enero de ese año, en vísperas de la promulgación del decreto, nuestro protagonista era ordenado sacerdote benedictino, a punto de cumplir los 24 años. Es pues un caso notable —entre los numerosos que se cuentan en el siglo xix— de desafío valiente de una ley injusta en un ambiente convulso.
La ordenación sacerdotal
del Padre Serra, O.S.B., fue presidida por el Arzobispo de Santiago de
Compostela, Monseñor Rafael Manuel José Benito de Véllez Téllez, OFMCap
(capuchino), que vivió entre 1777 y 1850.
[12] Congregación
Benedictina de Montecassino, primera y originaria del espíritu de San Benito.
[14] Tachado
(escrito a continuación): latina. De
nuevo, tenemos una inercia del escribiente, acostumbrado desde estudiante
carmelita descalzo al par lingüístico-estudiantil «griego y latín».
[15] Añadido
(entre líneas): fué. Con la señal de
leerlo intercalado entre y y Rector. Posiblemente, el autor escribe
estas palabras copiando los cargos del ilustre finado y, por tanto, prestando
menos atención a la redacción; quizá en el momento de una segunda lectura del
texto corrigió o mejoró la redacción
[16] Se refiere a la Sagrada Congregación de “Propaganda Fide” (de Propagación de la Fe), con sede en Roma. Actualmente llamada Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Ciudad del Vaticano).
[17] Esto
ocurrió un año después de haberse agregado a la Congregación, o sea, en 1846.[16] Se refiere a la Sagrada Congregación de “Propaganda Fide” (de Propagación de la Fe), con sede en Roma. Actualmente llamada Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Ciudad del Vaticano).
[18] Monseñor
John Brady (1800-1871), nacido en Coratober (Irlanda), fue ordenado sacerdote
en 1825, a sus 25 años de edad. Dos décadas más tarde, el 9 de mayo de 1845,
fue preconizado primer Obispo de Perth (Australia). Fue consagrado obispo el 25
de mayo de ese mismo año (a los 45 años de edad) por el Cardenal Giacomo Filippo
Fransoni (1775-1856), a la sazón Prefecto de la Sagrada Congregación de
Propaganda Fide; le asistieron como coconsacrantes Monseñor Francis Patrick Kenrick
(1796-1863), Arzobispo irlandés de Filadelfia (Pensilvania), en los actuales
Estados Unidos; y el marsellés Monseñor Marie-Laurent Trioche, Obispo de Bagdad
para los latinos, en la actual Irak (en 1848 sería elevada su Diócesis al rango
de Archidiócesis y él a la dignidad de Arzobispo de Bagdad). Todo ello ocurrió
un año antes (1845) de la muerte del Papa Gregorio XVI (1846) y subsiguiente
elección del Papa Pío IX. Mons. Brady participó como Padre Conciliar en el
Concilio Vaticano I (del 8 de diciembre de 1869 al 20 de octubre de 1870). Y
poco más de un año después, el 3 de diciembre de 1871, murió casi a los 72 años
de edad, siendo aún Obispo de Perth y antes de haberse jubilado o renunciado.
[19] La
Diócesis de Perth, en Australia, fue erigida el 6 de mayo de 1845 y, por tanto,
tres días antes del nombramiento de Monseñor John Brady como primer Obispo de
esta Diócesis creada de nueva planta. Surgió de una segregación territorial de
la Archidiócesis de Sidney (en la misma isla continental de Australia), hasta
1847, año en que se le sumó parte del territorio correspondiente al Vicariato
Apostólico del Rey George Sounde (llamado también The Sound), previamente suprimido (la otra parte de dicho Vicariato
fue sumada a la Diócesis de Adelaida). Así duró hasta 1887, en que perdió un
territorio que fue denominado Vicariato Apostólico de Kimberley en Australia
Occidental; y, finalmente en 1898, se le segregó otro territorio que sirvió
para erigir la nueva Diócesis de Geraldton, siempre en Australia Occidental.
Por fin el 28 de agosto de 1913, la Diócesis de Perth fue elevada a la
categoría de Archidiócesis. En 1945 perdió un territorio que sirvió para erigir
de nueva planta la Diócesis de Bunbury; y en 1982 se le añadió la zona de
influencia otrora perteneciente a la Abadía territorial de Nueva Nursia,
fundada precisamente por nuestro protagonista, el Sr. Obispo Serra, como veremos
en seguida.
[20] Debería
leerse Nursia; en inglés «New
Norcia». Recuerda a la ciudad que vio nacer al gran San Benito, en la actual
Italia. El título de «Nueva Nursia» querría significar, quizás, el implante
directo en las lejanas tierras australianas del espíritu originario del
fundador del monaquismo en el Occidente cristiano.
[21] Sínodo
Diocesano, se entiende; que, en aquel entonces vendría a ser cuasi Sínodo
Nacional, debido a la también por entonces primera evangelización de las
tierras australianas. Tengamos en cuenta que en esos momentos sólo existía la
Archidiócesis de Sidney (comenzada como Vicariato Apostólico en 1832). Y, por tanto, la Diócesis de Perth era la
segunda en crearse dentro del vasto y aún virgen territorio australiano.
[22] Este
signo de puntuación (;) de más —aparentemente sobrante— indica el énfasis (como
si fuera una interrogación o, aún más, una exclamación) de la frase que le
sigue.
[23] Añadido
(entre líneas): no. Notamos en este
particular la espontaneidad del escribiente, en cuya mente de cronista surge
primero la expresión «cuál fue su sorpresa»; sin embargo, en una relectura,
como mandan los cánones redaccionales, le intercala el no enfático, redondeando su propio estilo.
[24] Según
consta, fue designado por el Papa para tal missio
el 9 de julio de 1847. Distinto es el dato, que da el redactor, de los «14
meses», dato que muy probablemente supiera de boca del propio protagonista.
[25] Se
refiere al Papa Pío IX (actual Beato, cuyo nombre italiano era Giovanni
Mastai-Ferretti, 1792-1878), que fue elegido a los 54 años Sumo Pontífice en el
Cónclave del 14 al 16 de junio de 1846.
[26] Dado
que la caligrafía del redactor se desarrolla en una elegante cursiva inglesa,
esta expresión latina, muy típica de ciertos documentos pontificios (motu proprio), la escribe en redonda
española cambiando radicalmente la cómoda inclinación derecha de la pluma por
una incómoda aunque momentánea rectitud.
[27] La
Diócesis de Puerto Victoria surgió de la elevación a diócesis (el 27 de mayo de
1847) del Vicariato Apostólico de Essington, cuyos territorios habían
pertenecido a la Archidiócesis de Sidney (ésta fue archidiócesis desde el 22 de
abril de 1842). La Diócesis de Victoria conservó ese nombre hasta el 10 de
agosto de 1888, en que lo cambió por el de Diócesis de Victoria-Palmerston.
Volvió a trocar el nombre el 29 de marzo de 1938 por el que aún conserva en la
actualidad: Diócesis de Darwin, siendo sufragánea o teniendo como metropolitana
la Archidiócesis de Adelaida, dentro siempre de las tierras australianas.
[28] Respecto
a lo dicho supra en la nota 24, si el
redactor o cronista se hubiera equivocado de año en esta última fecha (escribir
1848 en vez de 1847) sí que cuadraría la suma de «14 meses» entre el momento
que supondríamos del nombramiento papal (entre principios y mediados de abril
de 1847, por ejemplo, fecha en que podría haber sido decidido el nombramiento
por el Pontífice, hecho realidad unos pocos meses después, el 9 de julio de
1847) y el momento de la consagración episcopal (15 de agosto de 1848).
[29] Se
trata del ya mencionado (cf. supra,
nota 18) Cardenal Fransoni (no Franconi).
Giacomo Filippo Fransoni nació en Génova, capital de la Liguria (hoy Italia),
el 10 de diciembre de 1775. Fue ordenado sacerdote el 14 de marzo de 1807, a
poco más de 31 años de edad. Cercano a la Curia romana, a los 46 años fue
preconizado Arzobispo titular (sin diócesis) de Nacianzo, el 7 de septiembre de
1822, siendo consagrado arzobispo el 8 de diciembre de ese mismo año (a punto
de cumplir los 47). Sólo unos días más tarde, el 21 de enero de 1823 fue designado
Nuncio Apostólico en el reino de Portugal. Debió ser hábil en su diplomacia,
pues tan sólo tres años después, el 2 de octubre de 1826, el Papa León XII le
designó y creó (en el consistorio del mismo día) Cardenal de la Santa Iglesia
Romana con el título de Cardenal-Sacerdote de Santa María en Araceli. Tenía
casi 51 años. Rozando ya los 59, el 21 de noviembre de 1834, el Papa Gregorio
XVI le nombró Prefecto de la Sacra Congregación de Propaganda Fide, cargo en el
que le sorprendería la muerte el 20 de abril de 1856, habiendo sido elevado
poco antes (el 28 de septiembre de 1855), por el Papa Pío IX, a Cardenal-Sacerdote
de San Lorenzo en Lucina. El Cardenal Fransoni participó en tres cónclaves: el
cónclave de 1829 (elección de Pío VIII); el cónclave de 1830-1831 (elección de
Gregorio XVI); y en el cónclave de 1846, de donde salió elegido el Papa Pío IX.
En la consagración
episcopal del P. Serra, ayudaron dos coconsacrantes principales: el Arzobispo
de Tuam (Irlanda), el irlandés Mons. John MacHale (1791-1881), que también fue
Padre Conciliar en el Vaticano I; y el Arzobispo Coadjutor de Corfù (Grecia),
el dublinés Mons. Francis Joseph Nicholson, O.C.D. (1803-1855), asimismo Padre
Conciliar del Concilio Vaticano I. Con este último dato se adivina la relación
y muy posible amistad del P. Serra, nuevo Obispo de la Iglesia Católica, con el
Carmelo Descalzo fuera y dentro de España.
[30] Desde
su consagración episcopal, duró en el cargo de Obispo de Victoria apenas un año
(desde el 15 de agosto de 1848 hasta el 7 de agosto de 1849). En realidad, el
nombre de la Diócesis es «Diócesis de Victoria», ya que el nombre de «Diócesis de
Puerto Victoria o Seychelles» (o «Port Victoria or Seychelles», en inglés) fue
dado el 14 de julio de 1892, abarcando todo el territorio de las Islas
Seychelles. (Primero fue erigida como Prefectura Apostólica, en 1852; luego,
elevada a Vicariato Apostólico, en 1888; y, por último, elevada al rango de
Diócesis.)
[31] Mons.
Serra vuelve, pues, a su primera diócesis australiana, en donde trabajó como
Vicario General. Recibe este nombramiento como «Obispo Coadjutor de Perth» el 7
de agosto de 1849. Y, curiosamente, será el oficio o cargo con que se jubile
(«Obispo Coadjutor Emérito de Perth, en Australia») y sea conocido, pues, en el
episcopologio general, además de la titularidad in partibus infidelium de Daulia (cf. infra nota siguiente). El añadido «Coadjutor» significa que, en
virtud de ese nombramiento pontificio, tiene derecho de sucesión del obispo
titular de la sede u Ordinario del lugar para ocupar su puesto (la titularidad
de la sede episcopal) una vez que éste haya presentado su renuncia (v.gr., por jubilación) o, en algún caso,
haya fallecido en el ejercicio de su función.
[32] Daulia
forma parte del nutrido grupo de diócesis católicas que, en teoría, existieron
en la Antigüedad y que luego (por los diversos cismas y divisiones o incluso
herejías, o también por haber desaparecido la Iglesia católica de esos
territorios a la fuerza [por guerras] o por otra religión) dejaron de existir
como tales; en este sentido, engrosa un larguísimo listado de diócesis que
actualmente se hallan «en zonas o en países de infieles», según la traducción
tradicional de la fórmula empleada para estos casos («in partibus infidelium»). El sentido de la titularidad es que todo
Obispo ha de ser titular de una Diócesis, sea la que preside (los Ordinarios
del lugar) o bien sea una de éstas inexistentes, para los Obispos Auxiliares y
para los Obispos Coadjutores, con el fin de que no sea de segunda clase. Así, pues, Daulia sería una diócesis católica en
Grecia, dependiente o sufragánea de otra mayor (católica) que sería la que en
teoría también habría en Atenas (y que luego, el 23 de julio de 1875, siguiendo
la misma lógica, sería creada como Archidiócesis católica de Atenas). Dado que
es zona en donde los cristianos de la poderosa Iglesia Greco-Ortodoxa (Iglesia
Ortodoxa nacional de Grecia, principalmente) son mayoría, por no decir que son
la totalidad, y dado que aún se mantienen estas antiguas concepciones (que
tendrían su discusión en ámbito ecuménico), las titularidades episcopales de
diócesis antiguas (que a veces nunca llegaron a existir en la Historia del
Cristianismo, sino que son en ocasiones creaciones nuevas, según se va
extendiendo la misión) quedan como pequeñas piezas de museo eclesiales. Por
último, han sido 18 los obispos que han recibido el título de «Obispo titular
de Daulia»; de los cuales, el primero fue el alemán Monseñor Nikolaus Schigmers, O.S.A. [de la Orden de San
Agustín] (1489-1541); el duodécimo fue nuestro protagonista, el español
Monseñor José Mª Benito Serra y Juliá, O.S.B. [de la Orden de San Benito] (1810-1886);
y el último en recibir dicho título fue el polaco Monseñor Franciszek Jop
(1897-1976), quien participó en todas las Sesiones del Concilio Vaticano II.
[33] Aquí
tenemos el segundo y último monasterio benedictino que fundó en tierras
australianas. Es, en consecuencia, «fundador» por partida doble: por un lado,
de monasterios bendictinos y, por otro lado, de la Congregación de Hermanas
Oblatas del Santísimo Redentor, junto con Sor Antonia Mª de Oviedo (primera
superiora general). Hay que tener en cuenta, además, que Subiaco hace
referencia al otro gran monasterio benedictino italiano.
[34] De
nuevo, la grafía Nurcia (que vendría
a ser un nombre propio anglofonizado), en vez de Nursia.
[35] Escrito:
defemsor, y algo emborronada la
segunda sílaba para, seguramente, corregir la errata.
[36] Escrito:
obigó, intercalada y superpuesta
luego la l (entre la b y la i) por el escribiente, con lo cual, sin que apenas se note, el
redactor deja corregida la palabra inicialmente errónea.
[37] Grandiosa
y encomiable tarea que realizó siendo: primero, Obispo Coadjutor de Perth y
Obispo Titular de Daulia (desde el 7 de agosto de 1849 hasta el 3 de octubre de
1851); segundo, nombrado Administrador Apostólico de Perth y siendo a la vez
Obispo Coadjutor de Perth y Obispo Titular de Daulia (los tres cargos, juntos,
los mantuvo desde el 3 de octubre de 1851 hasta el 7 de enero de 1862). Con
anterioridad a esa fecha de 1862, nuestro protagonista debió pedir una especie
de “jubilación anticipada” (que no renuncia —pues no consta que renunciara a su
coadjutoría ni a su administración apostólica—, sino que sencillamente se
retiró o se jubiló, diríamos, anticipadamente, pues solamente contaba con 50
años de edad) de sus cargos importantes y fácticos de Obispo Coadjutor de Perth
y de Administrador Apostólico de Perth. Los episcopologios suelen ser muy
exactos, así que el título post mortem
de Mons. Serra no ha de ser solo «Obispo titular de Daulia», sino todo lo
anterior. Se intuye la razón de su nombramiento como Administrador Apostólico
de Perth (aun en vida del Obispo titular de Perth, Mons. Brady, que no murió
hasta 1871 con ese título): quizás, la salud dañada de Mons. Brady.
[38] Esto
acaece en 1860.
[39]
Calculamos, por lo dicho en las dos notas anteriores, que aquí hay un lapso de
dos años: entre que vuelve (1860) y se “jubila anticipadamente” (pide licencia
para ello y se le concede; 1862). El «apenas» le lleva tiempo.
[40] Tachado
(a continuación): enfermos. Esto (y
los detalles de las notas anteriores) demuestra la frescura y espontaneidad del
escribano, P. Isidoro de la Cruz, al redactar este texto necrológico.
[41] Muy importante este
asunto, pues hay que entroncarlo de lleno con la famosa «Cuestión Social» y
León XIII.
[42] Una manera
eufemística, de acuerdo con el recato de un libro conventual de difuntos, de
decir «prostitutas».
[43] Comete
laísmo; lo correcto sería evitarles.
Influencia de un error típicamente de tierras de Castilla; curioso que, a sus
36 años, le suceda a este navarro de Sesma, que es el escribiente, P. Isidoro
de la Cruz, Prior.
[44] Fundadora de las
Oblatas (y primera oblata) juntamente con el Fundador.
[45] Ya salió mencionada
su otra gran fundación (además de los dos monasterios benedictinos
australianos).
[46] En
la actual provincia civil de Madrid. Se trata de la Casa-Madre de la
Congregación, donde luego —al trasladarlo desde el Desierto de Las Palmas—
sería enterrado el Fundador, Mons. José Mª Benito Serra.
[47] Repasada
la o primera de Pontificio, en un posible error de la escritura o en un simple lapsus calami (error de la pluma al
deslizarla por el papel antes o después de escribir, que deja alguna mancha o
trazo involuntario). El título de «Asistente al Trono Pontificio» es uno de los
numerosos nombramientos honoríficos que el Papa realizaba y aún realiza
(algunos de ellos) para agradecer la buena manera de ejercer la tarea
encomendada por él o bien en agradecimiento por algún servicio especial (pedido
o no) por parte del agraciado con él. Dicho nombramiento honorífico se solía
comunicar por medio de un billete de la Secretaría de Estado (de la Santa Sede)
y, según en qué ocasiones, se adjuntaba un diploma continente el mismo
nombramiento dispuesto solemnemente.
[48] El
Obispo Serra participó en las Congregaciones del Concilio Vaticano I: desde el
8 de diciembre de 1869 hasta el 20 de octubre de 1870, en que se hubo de
suspender el Concilio por la ocupación de Roma por Garibaldi.
[49] El
final de la página se acerca para el escribiente; seguramente influye esto en
reducir la sangría a 1 cm.
[50] Aquí
se atreve el escribiente a hablar en primera persona dada su autoridad de ser
el Prior de la casa y quien, por tanto (como demuestra el texto), tuvo relación
directa y aún amistad con el ilustre finado.
[51] Interesante anécdota
que demuestra la gran devoción y humildad del difunto y la gran humanidad del
prelado.
[52] Escrito: recompese, con la misma naturalidad que
se da en las escrituras mencionadas en notas 35, 36 y otras.
[53]
R.I.P. (= requiescat in pace:
descanse en paz, en latín), sigla que comúnmente se escribe al final de
bastantes necrológicas, sobre todo, si se le quiere dar a la escritura cierta
solemnidad o algún énfasis por las características propias del difunto
(normalmente, por su llamativa vida virtuosa o semejante testimonio religioso).
Toda esta úlima frase está escrita con un tipo de letra (manuscrita) más
grande, lo que demuestra una voluntad de hacerlo (una intencionalidad) y una preparación
del texto antes de plasmarlo sobre el papel del libro (oficial) de difuntos.
[54] El
P. Isidoro de la Cruz (Francisco Jiménez González), de la Orden de los Carmelitas
Descalzos, nació en Sesma (Navarra) el 28 de enero de 1850. Antes de su ingreso
en la Orden, militó en las filas de Carlos VII. (No hay que desdeñar este dato
a la ligera, pues el P. Isidoro convivió en el Desierto de Las Palmas precisamente
con Mons. José Mª Benito Serra, que antes de venir a este convento —y
posiblemente también durante su estancia en el mismo— fue enlace entre las dos
facciones más importantes de los Carlistas: la de Don Carlos VII y la de
Nocedal.) Hizo su profesión simple en el Noviciado de Larrea (Vizcaya) el 4 de
abril de 1879, y verificó la profesión solemne en el convento de Marquina
(Vizcaya) justo tres años después. Fue ordenado sacerdote ocho meses más tarde,
el 23 de diciembre de 1882 en el convento OCD de Vitoria (Álava). Fue Prior del
convento del Desierto de Las Palmas (en dos mandatos: 1885-88 y 1888-89, hasta
la independencia —de la Provincia OCD de Navarra— de la Provincia OCD de
Castilla la Vieja, a la cual quedó adscrito el convento del Desierto de Las
Palmas y de la cual fue, como lo había sido antes para Navarra, Noviciado
—juntamente, eso sí, con la otra casa señera de noviciado, que lo fue Segovia
[para Castilla] y anteriormente Larrea [para Navarra]—). Una vez dividida la
Península Ibérica en dos grandes Provincias OCD (Navarra y Castilla), el P.
Isidoro durante los cinco años siguientes desempeñó el cargo de Maestro de
Novicios en el mencionado Noviciado (para la zona Norte y Centro de España) de
Larrea (entre 1889 y 1894); luego, fue votado y designado como Prior del
convento soriano de Burgo de Osma (1897-1900); más tarde, del convento del
Desierto de Herrera (1900-1903) y, por último, del convento de Villafranca
(1906-1909). Para entonces ya se habían independizado (y, por tanto,
restaurado) las Provincias OCD de Castilla la Vieja, de Aragón-Valencia, de
Andalucía y de Cataluña (siendo esta última aún Delegación General, pues el
rango de Provincia lo alcanzará de nuevo en 1920). Murió el P. Isidoro el 8 de
octubre de 1925 en el convento de Pamplona (Navarra), volviendo a su tierra
natal. Perteneció, desde el inicio hasta el final de sus días, a la Provincia
OCD de San Joaquín de Navarra. Si vino al Desierto de Las Palmas como Prior es
que este convento pertenecía (jurídicamente, según el Derecho Canónico aplicado
a los religiosos) a dicha Provincia OCD, por lo que —aunque lejos
geográficamente— este convento era uno más de entre los recuperados (tras la
supresión y desamortización decimonónica), además de las casas conventuales
fundadas, erigidas o creadas de nueva planta en la misma Provincia. El Desierto
de Las Palmas nunca se cerró desde su fundación en 1694; un capítulo de la
Historia que no se conoce del todo bien es éste precisamente: la “refundación”
que los frailes de la Provincia OCD de Navarra realizan al pie de la letra
(basados en el breve de unificación) en este santo lugar. Se podrá hallar más
información al respecto en: A. Ruiz
Calavia, ocd – I. Husillos Tamarit, ocd, El
Desierto de Las Palmas. Historia y vida, Fund. Desierto de Las Palmas,
Castellón 2008.
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